viernes, 29 de noviembre de 2013

Descorazón.

Escondida debajo de la silla, de la mesa de la cocina o debajo de la colcha,
Rezaba porque alguien me encontrará, que me viniera  a rescatar,
Y pasaron las horas, los días y los años y mi vida se volvió loca,
Ninguna luz en esta sombra, fantasmas entraron llenando esta oquedad.

Empecé a intuir que algo me faltaba, como a los cangrejos alas,
Lo debí haber decretado a solas, alguna tarde mientras llovía, aquí adentro,
Conserve algunos recuerdos cerré los tiempos, libertad a mis anchas
Vendas en mis ojos  me purificaron, el dolor fue mi maestro

Y el abismo entre pleuras creció, se hizo hondo sin rascarle,
No me percaté, hasta muchos años mas tarde, cuando al pretender herirme
No hubo daño, llanto, ni manchas de sangre,
No necesite asomarme para sentir el frio, el hueco infame.

En mis años primeros ni uso sabía darle,
De mujer joven, una maravilla que no pudieran romper lo que no se puede ver,
En mi edad madura, extraño no poder sentir, sola quedarme,
Y sigo pensando que no es normal, haber nacido deforme; no querer querer.

Nacer sin corazón de mujer amante, sin entrega, ni arrebato,
Solo momentos e instantes sin un hombre,
Sin un siempre, sin mañana, sin abrazos.
Maldición a plazos.


2 comentarios:

  1. Te disfrazaste de Hombre de hojalata para regalarnos este dolor, bello dolor sin plazos.

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  2. Bellas reflexiones que muestran la soledad........más tu no naciste para ello

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