lunes, 5 de marzo de 2012

La ciega


 Soy ciega de nacimiento-
-¿Cuántos años tienes?
-36 años-respondió sonriendo-
-Gracias por permitirme hacerte esta entrevista, es un trabajo para la escuela-le contesté.
-De nada, a pesar de que no te conozco, percibo en ti a una persona muy franca y sin mala intención-
-Llevas muchos años siendo ciega, te sientes diferente al resto de los demás, a los que si vemos?
-Francamente no, la diferencia es mas para ellos que ven, que muchas veces no saben cómo tratarte, piensan que uno es más que limitado visual, un limitado mental, a veces me sobreprotegen, cuando por estadística, es más fácil que se accidente una persona que ve normal a un invidente, ¿Cuándo has sabido de que encabecemos listas de lesiones o percances serios nosotros?-
-Tienes razón, es raro ver que un invidente se accidente, ustedes son mucho más cuidadosos en su vida cotidiana que nosotros-
-Así es, y es porque sabemos que debemos tomar precauciones adicionales, por ejemplo, cuando caminamos, en eso nos ayuda mucho el oído entrenado que desarrollamos a través de nuestra vida.
-Bien, en ese aspecto, quisiera me platicaras acerca de los sentidos que has desarrollado a través del tiempo-
-El oído es lo primero que desarrollamos porque al no poder ver, identificamos hasta el más fino movimiento y de dónde proviene, sabemos si es un perro, un motor, una mujer joven, un niño, si se acerca alguien y se oyen sus pasos, lo visualizamos mentalmente, creamos una imagen solo con oír.
-Ustedes, siendo invidentes, ¿También desarrollan un sentido olfativo verdad?-
-Por supuesto, aprendemos con base a la nariz y la boca a identificar olores, sabores, sabemos sin ver si es un olor ácido, dulce, amargo. Distinguimos lo limpio de lo sucio, a diferencia de ustedes que al “verlo limpio” no reparan en el olor, que muchas veces puede ser desagradable, a nosotros la vista no nos engaña.
-Platícame del sentido del tacto-
-Bueno,  necesito  constantemente tocar, saber de qué  textura, grosor, espesor son las cosas para después identificarlas, a las personas por ejemplo, las ubico  primero por su olor, por su voz, pero lo que termina de crearme  una imagen de ella, es definitivamente cuando la toco, saber si tiene ojos grandes, la forma de la nariz, la forma de la boca, si tiene cicatrices, arrugas, todo lo que conforma físicamente su cara, así es como hago una idea de cómo es.
Percibo incluso si tiene buen o mal carácter porque al no verla, los datos de su tono de voz, son reales, no como los que si ven, que aunque este sonriendo, no perciben que su tono de voz tiene tristeza o angustia.-
-Dime por favor, cómo es que entre ciegos logran encontrar el amor-
-Entre ciegos, somos bastante bromistas, bastante pesar tenemos con no ver, sin embargo son cosas que no podemos cambiar y por eso, nos despreocupamos del hecho. Igual, conocemos a personas, las saludamos y nos percibimos sin deslumbrarnos por la belleza física, eso queda en el último de los términos, porque no podemos enamorarnos de una imagen, nos enamoramos de lo que sentimos cuando estamos junto a la persona. Escuchamos su risa, sus silencios, su tono de voz, lo que dice es muy importante porque no podemos ver ni comprobar la verdad, por eso la honestidad entre el grupo de invidentes es muy fuerte, claro, el que tiene maldad en su corazón, la ejerce siendo ciego o no. Yo soy más dada a los olores, saber si su olor me trasmite seguridad, confianza, a lo mejor es algo primitivo, como los gatos o perros, que se olfatean para saber sus intenciones, si es para jugar, pelear o aparearse. Yo huelo si buscan una amistad, si mi olor también les agrada, nos relacionamos como tú puedes ver, con elementos más significativos que la vista.-
-¿Te has enamorado?
-Si, ahorita me encuentro perdidamente enamorada-
-¿Qué  sientes de no verlo?
-Siento más cosas, precisamente por no verlo, te explico: No veo si es guapo o feo, porque para mí, es el más hermoso de los hombres, me escucha, me platica, me hace reír mucho, siempre esta bromeando y no le pesa estar ciego porque su alma es más valiente que la de muchas personas que si ven. Me protege, me cuida, me hace sentir amada, deseada y está ahí, siempre junto a mí.
Desde que lo conozco no me siento sola, porque aunque no tenemos un teléfono móvil para mandarnos mensajitos, cada noche nos tocamos y olemos como si el día hubiera sido un interminable puente que nos separa, y cuando nos juntamos por fin, en casa, nos contamos detalle a detalle, nuestros problemas, nuestros triunfos y lo hacemos tan cerca el uno del otro, para sentir la gesticulación, la voz, el calor que tiene cada palabra, para mí, siempre es una sorpresa cada vez que me regala flores, por ejemplo, porque desde que oigo el celofán que las envuelve, sé que es un regalo, no hace falta envolverlo porque de todos modos no lo veo jajaja, pero lo oigo, y entonces corro hacia él y él no me deja tocarlas, y empezamos a jugar a las adivinanzas. A adivinar primero cuantas flores son, de qué color (porque eso si, aunque yo no he visto el rojo, me han platicado que es un color intenso, fuerte, como el amor) y él sabe que por eso son mis preferidas.
Luego las acerca poco a poco a mi nariz para que las huela, así sé que tipo de flor son, ahorita ya te puedo decir si son nardos, claveles, rosas o gardenias. La sensación  de saber que trae un regalo, asi de sencillo como las flores, es para mi toda una experiencia para mis sentidos…tocar las flores, su suavidad, su fragilidad, sus pétalos es indescriptible.
Ser ciego, podría parecer una desgracia, quizá lo sea para los que no comprenden que la vida tiene variaciones que debemos disfrutar porque así simplemente se presenta la realidad.
Yo soy ciega de nacimiento, pero sé cuando sale el sol por su calor, sé cuando anochece porque siento frio. Siento la lluvia tibia o el granizo en mi piel, al viento, sé cuando se nubla el día, siento las caricias y el aliento de quien me ama, sin necesidad de verlo, y no necesito verlo, porque prefiero  tocarlo, olerlo, oírlo, saberlo, vivirlo.
-Muchas gracias, te agradezco que hayas contestado mis preguntas-
-De nada, un gusto-
Nos despedimos con un cálido abrazo.
Ella se fue, y me quedé simplemente preguntándome una cosa, después de verla tan segura, tan contenta, tan enamorada…
 La ciega ¿No seré yo?-

Patyoazul

1 comentario:

  1. me gustó mucho el sentido del humor de un tema así de esta naturaleza. Me sentí identificado muchísimo con la persona ciega y su forma de estar sintiendo el amor ;-) eres maravillosa

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