Mi perfección.
Generalmente procuro ser feliz, tener una sonrisa y una
palabra, unos oídos listos para cuando alguien los necesite.
Me gusta pensar en positivo y ser tenaz, luchar, pelear,
darle batalla y revertir las circunstancias a algo que pueda ser solucionado.
Busco la oportunidad mínima en medio de la adversidad.
Me gusta reír y que se me note la felicidad, contagiar mi
ánimo, mi estado de alegría.
Pero no siempre soy así…
He pensado en morir varias veces cuando no puedo con el
dolor, con la soledad.
He renegado mil veces porque la tristeza y el desamor vienen y me abrazan llevándome a
la oscuridad.
Sola he buscado en la distancia, en el tiempo, en la
destrucción un camino, una luz que no aparece, porque no existía constante en
mi corazón.
El desencanto, la desilusión, la ira, la ambición, hacen
fiesta si me descuido y bajo la guardia sobre todo en los días en que todo sale
mal.
Y no soy ni reina, ni linda, ni ángel ni luz.
Y eso, eso me hace perfecta ante Dios.
Porque diario, a cada minuto, veo mis muros, los miedos, mis
fantasmas, el dolor y puedo rectificar el rumbo.. o entregarme a ellos.
Porque respiro esperando en un segundo la luz divina que me
ilumine y me permita seguir avante, o la flama que me queme y devore todo este
infierno.
Soy consciente de los rumbos que me llevarán a mi único
destino, y libre de elegirlos rectos o retorcidos.
Y oscilo entre el cielo, el infierno y la Tierra, y me
maravillo de poder contarles en estos momentos, lo que siento, mi vida.
Los años son eternos cuando son inmóviles, yo me muevo,
intermitente y crezco, involuciono en medio del amor, que sin sospechas siempre
me vigila.
recuerdo tu cabello
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